Maravilloso mundo de
los videojuegos, un lugar mágico donde da igual tu sexo, sexualidad, edad,
tamaño, color, raza, especie o dedicación. Lo único que importa es lo que seas
capaz de hacer y tus habilidades. La igualdad reina y si es como en este caso,
lo que cuenta es tu habilidad para repartir hostias como cura en misa de 12. Y
si todo es bizarro y con ambigüedad da igual, pues lo que cuenta es la
espectacularidad y que por absurdo que sea lo que pase los golpes sean
infinitos. Y eso lo lleva muy bien este titulo de lucha que apunta manera y es
que mi amor por repartir y regalar la hostia virtual se gana con combos y
movimientos salvajes y no por como vista o actúe el personaje. No conozco el
manga, ni soy admirador de su estética, pero me gustan sus combates y el buen
hacer de Cyberconnect2 (peleas a caballo = ¡¡Vendido!!).




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