Análisis Portal 2.

Se acaban de cumplir 4 años desde que Valve publicara uno de los videojuegos más innovadores de todos los tiempos “Portal: Still Alive”. En sus inicios venia incluido en la ya conocida “Orange Box” (en la cual estaban el también mítico “Half Life 2” y “Team Fortress 2”). A simple vista se veía que era un juego que no destacaba en nada, con la apariencia de un juego en primera persona que transmitía muchas incógnitas. Eso sí, toda duda quedaba despejada solo con los primeros minutos en que nos metemos en el pellejo de Chell, nos veremos entre cuatro paredes, dentro de la cámara de relajación y con la perturbadora voz de una inteligencia artificial que nos habla. Podría seguir escribiendo como si esa dichosa I.A. no tuviera ningún tipo de importancia, pero queridos amigos estamos delante de GLADOS, uno de los mejores personajes que se han creado en toda la historia de los videojuegos. En el transcurrir de las cámaras de pruebas notaremos su presencia, y en muchas ocasiones nos hablará, demostrándonos un nivel de inteligencia que en ocasiones dará miedo.

Así comenzaba uno de los mejores juegos de lo poco que llevamos de Siglo XXI, y basaba su mecánica de juego, en ir pasando por diferentes salas de prueba, en las cuales teníamos que resolver ciertos puzles para llegar del punto A al punto B, todo esto desde un vista en primera persona y con un rifle creador de portales (ASHPD) en nuestro brazo derecho. Y para concluir este prefacio tengo que hablar del rifle creador de portales (ASHPD), este peculiar artefacto nos permitirá resolver todo tipo de puzles, ya que nos permite crear tanto un portal de entrada como otro de salida, y aquí entra un detalle magnífico, el poder alterar las leyes físicas con estos enrevesados portales. Perdonad que no profundice más en la primera entrega, ya que podría hacer algún tipo de spoiler, y no quiero privar a nadie de una joya de este nivel.

Ahora nos situamos en Portal 2, volvemos a encarnar a Chell y el despertar esta vez va a ser algo más movidito que la última vez. Nos encontramos en una habitación, pero pronto empezamos a notar que ni es nuestra casa ni que estamos viviendo una vida normal. El apartamento en el que nos encontramos es arrancado de cuajo, y podemos comprobar la verdad, volvemos a estar encerrados, nuevamente somos una cobaya de un retorcido experimento. Aquí comienza esta segunda entrega, en la que encontramos a un nuevo acompañante en forma de Inteligencia Artificial llamado Whitley, el cual sorprendido por estar en compañía de un humano, se mostrará muy activo a la hora de interactuar con nosotros. Y como hablábamos River y aquí un servidor, solo dos compañías han conseguido plasmar de forma tan excelente la personalidad en un personaje no humano, Pixar con su grandísimo Wall-E y Valve con estas joyas de personajes.

 La historia guarda muchas sorpresas, las cuales no voy a desvelar, ya que forma parte de la magia de esta entrega. A diferencia de la primera parte, abandonamos la monotonía de las salas de prueba, y nos encontramos con que vamos a ir pasando por diferentes zonas de lo que podría ser una gran fábrica, incluso os diría que hay momentos que te mantiene un poco con la esencia visual que podíamos ver en Bioshock, no os penséis que vamos a abandonar por completo las salas de prueba, lo que pasa es que nos encontraremos con más variedad de situaciones y lugares.

Y es en este punto donde encontramos una GRAN novedad jugable, y si lo pongo en mayúsculas, porque que mejor manera de dar un aire nuevo a la jugabilidad que introducir elementos como los geles. Os preguntareis que es eso de “geles”, pues es algo tan original como complicado, ya que según avancemos nos iremos encontrado con retos nuevos, y la manera de superarlos va a ser con tres tipos diferentes de geles o sustancias viscosas que se quedaran impregnados en el entorno. El primero que nos encontramos es un gel azul, el cual nos dará la opción de saltar más alto, o de caer sobre él desde cierta altura para poder subir a zonas que jamás llegaríamos con un salto normal. La siguiente sustancia que nos encontramos es el gel naranja, y este nos va a hacer correr como alma que lleva el diablo. Y por último tenemos el gel blanco o gris depende de cómo se mire, esta peculiar sustancia, nos permitirá crear portales donde antes no podíamos. Así cogido cada uno por separado parece que todo es sencillo, pero ya os aviso que cuando tengáis que usar los tres geles en el mismo puzle lo vais a flipar. Por último hay dos aspectos jugables nuevos aparte de los ya mencionados geles, uno son los puentes de luz, los cuales nos van a servir tanto para desplazarnos como para evitar ser acribillados por unas torretas con un peculiar sentido del humor. Y otro son los túneles de luz, los cuales nos transportan flotando de un punto a otro. Como os digo esto es todo lo que os cuento de la jugabilidad que no es poco, y lamento no contar más de la historia.

Dejando el modo historia a un lado, no encontramos con otro añadido que no teníamos en la primera entrega, un modo cooperativo bastante original y muy divertido. Y es que nos encontramos encarnando a un par de robot la mar de salaos, P-Body y ATLAS. La mecánica del juego es la misma, con la diferencia que para avanzar tenemos que cooperar junto a nuestro compañero, ya que habrá zonas que será imposible resolverlas nosotros solos. Tendremos cinco zonas de pruebas, cada una diferente a la anterior, y dentro de dichas zonas una buena serie de cámaras que pondrán a prueba nuestra paciencia y la de nuestro compañero, verdad River. Además tendremos muchos momentos divertidos, ya que los robots son unos cachondos, podremos desde partirnos de risa delante de las cámaras de seguridad, pasando por matar por “error” a nuestro compañero, y celebrar efusivamente haber resuelto un puzle súper complicado. Este nuevo modo amplia la experiencia de Portal 2, y la verdad que lo hace de una manera redonda, aparte hay que destacar que el primer DLC es para el modo cooperativo, y a que no sabéis que, es gratuito, raro verdad.

En cuanto al apartado gráfico seguimos con el motor gráfico Source, y aunque no se aprecia una revolución descomunal, la calidad final del producto es muy buena, podría decir que incluso que es bonito. Lo que si raya a un nivel de excelente es tanto el sonido como la banda sonora. Durante muchísimas partes nos encontraremos corriendo, perseguidos mientras intentamos escapar, y tanto los sonidos que nos encontramos como la banda sonora son muy inversivas, hasta el punto en que notas que estas tan metido en el juego que puedes llegar a notar que el ritmo cardiaco se te acelera. Detallazo por parte de Valve que de forma gratuita ha colgado en la página de Portal 2 su banda sonora, si amigos nos podemos descargar los tres volúmenes de esta grandísima banda sonora por la cara, y no solo eso, también descargarnos los tonos de llamada para nuestro móvil.

Ahora os quiero mostrar una pequeña reflexión personal, y es que este juego me ha llegado de manera especial, si me ha tocado la patata, y teniendo en cuenta que le voy a dar un 10 como una casa me veo en la obligación de hacer este epílogo. Lo que me ha hecho sentir esta obra no lo había sentido con ningún otro, es sutil, no es pretencioso, no recurre a grandes efectos ni a situaciones épicas al estilo cinematográfico. La  base de Portal 2 es la sencillez y la de transmitir unos sentimientos que seguramente sean únicos en cada usuario. Gracias a Portal 2 podemos apreciar que el mundo del ocio electrónico está dentro de lo que muchos consideran “arte”. Aristóteles decía que el alma es lo que hace al hombre ser hombre, pues Portal es lo que hace a los videojuegos ser arte. Gracias Valve, gracias GLaDOS.

Lo mejor:

- Wheatley y….
- Las nuevas técnicas de resolución de puzles.
- Los últimos 20 minutos son una obra maestras.

- El ritmo junto con la banda sonora.

NOTA: 10