Poesía
poligonal
De vez en cuando, procuro
recordar momentos buenos o malos de mi infancia o pre adolescencia. Ambos tipos
de recuerdos aportan y afloran grandes sentimientos que por unos segundos me
hacen situarme en cierto momento del pasado, ya sean momentos tan buenos como
esperar una eterna cola para poder ver Jurassic Park, o tan frustrante como
aquella vez que me robaron mi taco de cromos de la liga en las proximidades de
un fruto seco. Y mirando al pasado, no puedo dejar a un lado el recuerdo del
típico amigo que en algún momento te hace una recomendación que por azar del
destino, te aporta un enfoque nuevo y diferente de la música que escuchabas en
aquella época o del cine del momento. Y si sois personas de bien, nunca
dejareis de tener esa clase de amigos muy cerca de vosotros, de hecho yo sigo
teniéndolos y gracias a ellos puedo presumir de conocer juegos tan grandes como
Thomas Was Alone.
Poco o nada sabía de este
juego, hasta que hace unas semanas, en uno de esos chats de grupo (tan
familiares hoy en día), mi buen amigo Agus
(River) nos mentaba que para los
miembros de PlayStation Plus, Thomas Was
Alone salía de forma gratuita en Ps Vita, añadiendo que era una grandísima
oportunidad ya que por lo que él sabía era un gran juego. Y ya os puedo ir
adelantando que no se equivocaba.
Nos metemos en la “piel” de Thomas, y lo de piel no es precisamente
el mejor termino que usar, dado que nuestro querido protagonista es ni más ni
menos que un cuadrado, si amigos habéis oído bien, Thomas es un polígono. De
hecho, la forma de Thomas es más anecdótica que otra cosa, ya que el recurso de
darle forma es para que el usuario pueda poner cuerpo a una inteligencia
artificial. Si señores, de inteligencias artificiales anda el juego, y uso el
plural porque nuestro querido cuadrado rojo no andará solo. De hecho es como si
viéramos una película coral en la que todos los actores son protagonistas, y
cada uno tiene una grandísima historia que contar. El propio título nos hace un
gran aviso al hablarnos en pasado “Tomás estaba solo”, y ese estar sólo puede
tener una meta reflexión en este pequeño gran juego. Podemos tomar por dos vías
el hecho de estar sólo. Por un lado, la propia vía del juego, en el cual Thomas
va a ir encontrándose otras diferentes inteligencias artificiales, comprobando no
solo que no estaba solo, sino que además, gracias a ellas podrá avanzar en su
propósito de descubrimiento.
Por otro lado, y una visión
muy interesante que puedo llegar a verle, es que encontramos una propia
reflexión a nuestras vidas de hoy en día, en el hecho de creer que vivimos al
margen, aislados, incomprendidos y vagando de una manera solitaria en algún
momento de nuestra vida. Pero qué ocurre si un día abrimos los ojos y
comprobamos que, quizás y solo quizás la realidad no es como nosotros creíamos
y que precisamente hay más personas como nosotros con las que compartir
nuestras experiencias y vivir grandes momentos y aventuras. Y queridos amigos,
que mejor aventura, que la propia vida.
De hecho, fijaros si tan
profundo puede llegar a ser Thomas Was Alone, que durante los diez niveles con
sus diez respectivas fases, tendremos como acompañante a un narrador, el cual
nos irá contando en muchos momentos los pensamientos de Thomas y sus queridos
amigos. Danny Wallace, conocidísimo
humorista británico es el caballero que le pone voz al narrador. Muchísima
atención al final del juego, dado que el propio señor Wallace hace una pequeña
valoración de la experiencia de ser narrador en un juego tan peculiar como
éste. Además del narrador, en cada fase y en ciertos momentos, podremos leer en
la pantalla algún pensamiento en concreto de alguna de las inteligencias
artificiales.
Cada IA tendrá un color y forma diferente, y esto no solo tendrá su
efecto en cuanto a estética se refiere, sino que además de que cada uno tenga
una personalidad diferente, cada IA tendrá unas características específicas. Thomas podrá saltar con un tipo de
salto medio/alto, en James por ejemplo la gravedad no tiene lugar, por lo cual
siempre estará pegado al techo, o Laura que permitirá que otros compañeros
alcancen posiciones que sin ella jamás lo habrían conseguido. La aparición de
cada compañero llegará de manera gradual, empezaremos resolviendo puzles y
plataformas simples con uno o dos polígonos, para terminar con resoluciones más
complejas en la que tendremos que manejar a todas las IA que aparecen en el
juego.
Nuestra aventura durará lo
que nos dure pasar por los diferentes niveles, cada uno de ellos dividido en
diez partes, con una dificultad relativamente progresiva. Porque siendo sinceros
queridos compañeros, Thomas Was Alone no os supondrá ningún tipo de reto, y
sobre todo si estáis acostumbrados a juegos de plataformas y resolución de
problemas.
Con una estética muy
minimalista y una banda sonora que nos absorverá por completo, esta pequeña
obra de arte creada por Mike Bithell
da sentido a la expresión, las grandes fragancias se guardan en frascos
pequeños. La banda sonora compuesta por David
Housden nos transportará por completo al mundo de Thomas, moviéndonos por sus
recovecos y transportándonos a ese mundo virtual.
Conclusión:
Nadie debería de dejar pasar
la oportunidad de jugar a Thomas Was Alone, un juego que aunque de mecánicas fáciles,
trata al usuario de una forma madura y adulta, sabiendo que detrás de los
mandos hay un ser humano que admira y ama las grandes representaciones artísticas,
que sabe y conoce alguna noción básica de filosofía. Mike Bithell ha sabido
sintetizar en este pequeño gran juego no solo las inquietudes de los
personajes, sino también la de los usuarios. Me parece un gran acierto y una
gran apuesta por parte de los usuarios, el decantarse por este juego y pasar un
buen rato. Una experiencia inolvidable.
NOTA:
9.2
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